El
viento sopla intensamente por debajo de la casa

donde
sentada estoy en la hamaca.

La
corteza del Capirón cae poco a poco,

desnuda
queda su alma;

su
alma externa color verde aguamarina mezclada con naranja.

Las
ramas del mandarino se mueven con ambivalencia,

mientras
unos gusanos en cuadrillas atacan a sus hojas con saña.

Los
patos, incluidas las patas grises demoiselles, se acicalan,

se
despulgan con sus ojos cerrados,

casi
cada pluma,

cada
rescoldo de su alado cuerpo

mientras
cada embate del viento ayuda a su secado

que
con su pico y el sol fulgurante completa el ” después del baño”.

-Yo
me pregunto en aquel momento:

¿Cómo
dibujar al árbol más grande de la isla cuando el viento peina y despeina su
follaje denso, su cabello crespo?

¿Es
posible dibujar la naturaleza en movimiento?

¡Es
incompleto captar solo cuando ella inmóvil parece que descansa en el tiempo!

El
río fluye por sus brazos

porque
al tumbar y asesinar árboles ancestrales

la
ribera pierde estabilidad,

se
descubren las raíces,

se
erosiona la tierra,

se
pierde el sustento.

El
agua no perdona la destrucción de sus orillas.

Cansada
está ya de la avaricia y la ignorancia del hombre.

El
río no fluye, por lo tanto, por un solo cauce,

ha
dejado de ser SERPIENTE para ser medusa

con
brazos desordenados.

Ha
dejado de ser SERPIENTE de un solo cuerpo

para
crear playas, islas, islotes y palizadas.

Estancaderos
de basura, de plástico e icopor en todas sus presentaciones.

En
sus orillas yacen árboles dados de baja

por
los que nadie RESPONDE.

Y no
hay que echarle la culpa a la vaca porque

Pasto,
Pasto y más Pasto es lo que necesita

para
su ENGORDE.

La
Naturaleza sigue perdiendo EXUBERANCIA,

mucho
de su terreno. Yo me declaro incapaz de aprehenderla

con
mis pinceles y colores

cuando
vivo en medio de ella

y no
logro llevarla al papel

cuando
aún vive,

cuando
respira,

cuando
se acicala con el viento.

Yo no
escojo la extinción de mi alrededor

del
cielo con el que me levanto,

del
sol con el que mi piel se vuelve morocha,

de
las estrellas que cobijan mis pensamientos.

Yo no
escojo la extinción de mi alrededor

de lo
que me da Vida, Vida y más Vida a mis adentros.

Yo
escojo: La Selva, El Río, El Aire, La Tierra

para
cultivar con ellos todos mis anhelos.